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Edición Infidelidad

El adulterio femenino ha crecido un 40%

Pese a que la igualdad entre hombres y mujeres debería ser una realidad en todos los ámbitos de la vida, todos sabemos que, en muchos aspectos, no es más que una entelequia. Pero hay un asunto en el que las mujeres parece que están empezando a parecerse a los hombres: la infidelidad.

Según los últimos datos del National Opinion Research Center´s General Social Survey, el equivalente en EEUU a nuestro Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el porcentaje de mujeres que han mantenido alguna vez una relación extramatrimonial ha crecido en un 40% en las dos últimas décadas, hasta alcanzar el 14,7% en 2010. El porcentaje de hombres infieles, sin embargo, se ha mantenido estable en un 21%.

En España los últimos datos fiables al respecto son de 2008, año en que el CIS realizó la encuesta de Actitudes y Prácticas Sexuales. Entonces la brecha entre hombres y mujeres seguía abierta: un 26,8% de los maridos había sido infiel en alguna ocasión, frente al 8,2% de las esposas. ¿Qué porcentaje aparecerá en la próxima encuesta? Casi con total probabilidad, como ha ocurrido en EEUU, el porcentaje de mujeres infieles crecerá, y el de hombres se mantendrá estable.

La infidelidad en mujeres sube, pero la de los hombres no baja

Los sociólogos tienen una sencilla explicación para el aumento –generalizado en el mundo desarrollado– de la infidelidad en las mujeres. A medida que las esposas están menos atadas económicamente a sus maridos, las consecuencias de romper con ellos son menos dolorosas. El aumento del salario medio de las mujeres (aún mucho menor que el de los hombres, pero cada vez más alto) y su cada vez mayor independencia económica, hace que ser infiel sea mucho más sencillo.

Ahora que cada vez hay más hombres dependientes económicamente de sus mujeres, la infidelidad entre estos debería bajar. Y no lo ha hecho Este argumento es lógico, pero tiene un fallo. Es posible que la dependencia económica de las mujeres respecto a los hombres hiciera que la ratio de infidelidad entre ellas fuera menor pero, ahora que cada vez hay más hombres dependientes económicamente de sus mujeres, la infidelidad entre estos debería bajar. Y no lo ha hecho.

Según un estudio del Pew Rersearch Center, en 1960 sólo el 6,2% de los maridos estadounidenses ganaban menos que sus mujeres, en 2011 eran el 24,3%, y es una cifra que previsiblemente seguirá subiendo. Pese a esto, la infidelidad masculina se ha mantenido inalterable en torno al 21%.

No parece que a los hombres les importe mucho la dependencia económica. Un estudio de 2010 publicado en la revista de la American Sociological Association, mostró que, de hecho, los hombres que son más dependientes de sus mujeres son más propensos a engañarlas, al igual que los hombres que ganan mucho más que ellas.

La autora del estudio Christin Munsch explicó en el mismo que los roles tradicionales siguen jugando un importante papel. “En un extremo, ganar menos dinero que tu compañera femenina desafía la identidad de género pues pone en cuestión el papel tradicional de los hombres. En el otro, los hombres que ganan mucho más dinero que sus parejas suelen tener trabajos que ofrecen más oportunidades para ser infiel, y unos ingresos que hacen que la infidelidad sea más sencilla”.

Es cierto que la igualdad está avanzando, pero sigue siendo difícil desafiar los roles tradicionales, que siguen fuertemente instalados en nuestro inconsciente colectivo. Mientras las mujeres sigan mostrando una mayor atracción sexual hacia los hombres que no hacen las tareas del hogar, como demostró recientemente un estudio sociológico, la igualdad podrá ser económica, pero no social, ni cultural.

Fuente: Edición digital El confidencial

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