El cibersexo está aumentando a la hora de traicionar a la pareja pero quienes practican no lo consideran una infidelidad. El origen de la ciberinfidelidad surge por salir de la monotonía o sentirse atractivo. Las traiciones online duelen, según los psicólogos, tanto como la física.
Salir de la monotonía, sentirse atractivos… Son alguna de las causas que llevan a un 20% de hombres y mujeres a ser infieles pero en esta estadística no están contabilizados las traiciones cibersexuales. Hacerlo a través de internet es cada vez más frecuente. Los psicólogos explican que el origen de la ciberinfidelidad tiene su razón de ser en que todo el mundo necesita reconocimiento social. También afirman que la infidelidad cibernética duele tanto como la física.
Los ciberamantes son un fenómeno en la red. En torno a ellos existe un gran mercado: empresas que organizan excusas, espacios y plataformas orientados a la ciberinfidelidad, mensajes subidos de tono, todo tipo de promesas e incluso sexo. Una actividad no exenta de riesgos porque la mayor parte de las parejas no perdonarían una infidelidad online.
Aunque la mayoría de quienes lo practican no lo consideran una traición. Lo plantean como un juego erótico o sexual.
Al margen del peligro de perder a la pareja, el cibersexo plantea otros riesgos. Desde la adicción a ser víctimas de Don Juanes digitales o vampiresas electrónicas que buscan exclusivamente algún partido económico.
Fuente: antena3.com
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