Los sexólogos creen que cada pareja debe marcar los límites y que, si se cometen deslices, es mejor evitar la sinceridad.
La infidelidad es un buen negocio. El visionario Noel Biderman afirma que “Ashley Madison ha sido un fenómeno global desde hace varios años”.
El cibersexo está aumentando a la hora de traicionar a la pareja pero quienes practican no lo consideran una infidelidad. El origen de la ciberinfidelidad surge por salir de la monotonía o sentirse atractivo.
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